FACTORES QUE INFLUYEN EN EL TIPO DE CAMBIO DE UNA MONEDA

Dado que en el sistema monetario internacional existen tipos de cambio flexibles y tipos de cambio fijos no hay una teoría general única para pronosticar los tipos de cambio.  Sin embargo, ciertas relaciones económicas básicas ayudan a explicar los movimientos en los tipos de cambio.

Las variaciones en los tipos de cambio reciben el nombre de depreciaciones o apreciaciones.  Una depreciación es la caída del precio de una moneda respecto a otra o disminución de valor de una moneda frente otra.  Una apreciación es el incremento en el precio de una moneda respecto a otra moneda.

Los factores que explican las fluctuaciones de los tipos de cambio son la inflación, las tasas de interés, la balanza de pagos y ciertas políticas gubernamentales.

Inflación

La inflación, entendida como el incremento general y sostenido del nivel de precios de una economía, afecta el valor de una moneda.  Por ejemplo, si una docena de manzanas en Estados Unidos cuesta US$ 5 y en Bolivia Bs 35, el tipo de cambio entre el boliviano y el dólar estadounidense será Bs 35 / US$ 5 = 7 Bs/US$.  Si el precio de las manzanas se incrementa en 10% en Bolivia mientras que en Estados Unidos permanece estable, el poder adquisitivo del boliviano disminuirá en 10%, por lo que el tipo de cambio debería modificarse a Bs 38,5 / US$ 5 = Bs 7,70.  Cuando la diferencia entre las tasas de inflación entre dos países cambia, el tipo de cambio se ajusta para mantener el poder adquisitivo de las monedas.  Esto se conoce como teoría de la paridad del poder de compra.

Tasas de interés

Otra variable que influye en los tipos de cambio son las tasas de interés.  Los capitales fluyen con miras a lograr un mayor rendimiento según el nivel de riesgo.  Si un inversionista puede ganar 5% anual en el país A y 8% en el país B, preferirá invertir en el país B siempre y cuando las tasas de inflación y el riesgo sean iguales en ambos países.  Las tasas de interés y los tipos de cambio se ajustan hasta que el mercado de divisas y el mercado de dinero se equilibren.  Esta interrelación entre las tasas de interés y los tipos de cambio se conoce como teoría de la paridad de las tasas de interés.

Balanza de pagos

La balanza de pagos es el resumen de todas las transacciones económicas efectuadas por un país con el resto del mundo, durante un determinado periodo de tiempo.

La balanza de pagos permite determinar la oferta y la demanda de divisas y tener una idea acerca del movimiento futuro del tipo de cambio.  Si la demanda de divisas es superior a la oferta, se puede esperar una depreciación de la moneda nacional.  Si la oferta de divisas es superior a la demanda, se puede esperar una apreciación de la moneda nacional.

La balanza de pagos esta conformado por tres cuentas, la cuenta corriente, la cuenta capital y la cuenta de reservas internacionales.

Cuenta corriente.  La cuenta corriente esta conformado por la balanza comercial, la balanza de servicios y las transferencias unilaterales.

La balanza comercial es la diferencia entre las exportaciones y las importaciones.  Cuando las exportaciones son mayores a las importaciones se dice que existe superávit en la balanza comercial, cuando son menores existe déficit.

La balanza de servicios se divide en servicios factoriales y servicios no factoriales.  Los servicios factoriales son los pagos por concepto del uso de los factores de producción.  De los tres factores de producción (capital, trabajo, tierra) sólo el capital es objeto de transacción entre los países.  En esta cuenta se registran las entradas o salidas de divisas por concepto de pago de intereses por el uso del capital.  Los servicios no factoriales se refieren al turismo internacional y a los servicios relacionados con el comercio internacional, tales como fletes, seguros, gastos portuarios, pasajes aéreos internacionales, servicios de consultoría, teléfonos, pago por servicio de satélite, regalías por patentes y otros.

Las transferencias unilaterales son pagos que no tiene como contraparte la entrega de algún bien o servicio, como son la ayuda extranjera o las donaciones de organizaciones internacionales.  Incluye también las remesas de dinero de residentes que viven en el exterior.

Cuenta capital.  La cuenta capital registra las entradas y salidas de capital a un país. Las entradas pueden ser por concepto de préstamos solicitados por los bancos nacionales en el extranjero, por los depósitos de los extranjeros en los bancos nacionales y por la inversión extranjera. Estas transacciones aumentan la oferta de divisas en el mercado cambiario y tienden a fortalecer la moneda nacional.

Las salidas de capital pueden ser amortizaciones de la deuda por parte de los bancos y empresas nacionales, el retiro de los depósitos de los bancos nacionales por parte de los extranjeros y el retiro de la inversión extranjera. Estas transacciones aumentan la demanda de divisas, por lo que debilitan la moneda nacional.

La cuenta capital incluye la inversión extranjera directa (IED) y la inversión indirecta en cartera.  La inversión extranjera directa es la inversión en activos fijos, tales como plantas industriales, maquinaria y equipo, que por su naturaleza son inversiones a largo plazo.  La inversión en cartera es compra de títulos valores nacionales (acciones, bonos) por parte de los extranjeros, que por lo general son inversiones a corto plazo efectuadas por fondos de inversión internacionales.

El saldo positivo (superávit) de la cuenta capital significa que entraron al país más divisas extranjeras que las que salieron.

Si el superávit en la cuenta capital es mayor que el déficit en la cuenta corriente aumenta las reservas internacionales de un país, en caso contrario las reservas internacionales disminuyen.

Cuenta de reservas internacionales.  Las reservas internacionales son activos de respaldo que sirven para el cumplimiento de obligaciones externas y para sostener el flujo de importaciones de un país.

Las reservas internacionales brutas de un país están constituidas por monedas extranjeras, oro y derechos especiales de giro (DEG).  Estas reservas generalmente están depositadas en bancos centrales extranjeros, especialmente en la Reserva Federal de Estados Unidos.

Las reservas internacionales netas son iguales a las reservas internacionales brutas más los créditos de los bancos centrales con vencimiento mayor a seis meses, menos los pasivos con el Fondo Monetario Internacional y menos los créditos de los bancos centrales con vencimientos menores a seis meses.

Si un país tiene suficientes reservas internacionales, disminuye la probabilidad de incumplimiento de pago de la deuda externa, lo que reduce el riesgo país y disminuye la prima de riesgo que paga por la deuda externa.

La principal desventaja de mantener altos niveles de reservas es que las reservas constituyen un dinero que podría ser utilizado para financiar el desarrollo de un país.  Un alto nivel de reservas puede permitir mantener un tipo de cambio bajo, mediante la venta de divisas en el mercado cambiario.

El costo de las reservas internacionales de un país se mide por la diferencia entre la tasa de interés promedio que paga por su deuda externa y la tasa de interés promedio que cobra por tener sus reservas en el exterior.

Políticas gubernamentales

Un gobierno a través de su banco central puede intervenir en el mercado de divisas, comprando y vendiendo monedas.  Los esfuerzos por apoyar la moneda nacional tendrán como resultado la pérdida de las reservas de divisas, los esfuerzos por depreciar la moneda tendrán como resultado la acumulación de las reservas de divisas.  Por ejemplo, un país puede establecer una política para mantener subvaluada su moneda para promover sus exportaciones.

La política monetaria y política fiscal influyen en el valor de una moneda.  Por ejemplo, una política monetaria expansiva (aumento de la oferta de dinero para bajar las tasas de interés) y el aumento de gasto fiscal son causas de la inflación y reducen el valor de la moneda nacional.  La inflación infiere una posible devaluación.

Aunque existen varios factores que pueden influir en los tipos de cambio, no todos influyen de la misma forma en todas las monedas.  Algunos factores pueden tener una fuerte influencia sobre el valor de una moneda, mientras que en otra moneda puede ser irrelevante.

SITUACIÓN DE LA ECONOMÍA BOLIVIANA 2021 Y PERSPECTIVAS 2022

Después de la contracción de la economía boliviana en 2020, cuando registró un decrecimiento de 8,7% del producto interno bruto, en la gestión 2021 registró un crecimiento económico de 6,1%, con una baja tasa de inflación, una balanza comercial favorable y una relativa estabilidad macroeconómica. Esta recuperación económica se vio estimulada por un entorno favorable de precios internacionales para las exportaciones, así como por el aumento de la inversión y la dinamización del comercio exterior.

La reactivación se dio con diferente desempeño de los sectores. Los que más se expandieron fueron minería (37,7%), construcción (17,9%), transportes y comunicaciones (16,2%), electricidad, gas y agua (7,8%), comercio (7%) y la industria manufacturera (3,9%). Mientras que los sectores que menos crecieron fueron hidrocarburos (2,6%), agricultura y ganadería (1,8%) y los establecimientos financieros (0,6%).  La tasa de desempleo descendió de 8,3% en 2020 a 5,2% en 2021.

El desempeño de las finanzas públicas se caracterizó por la expansión del gasto público, lo que se tradujo en un déficit fiscal de 9,2% respecto al PIB. La dificultad de financiar el desequilibrio fiscal con crédito externo ha acelerado el crecimiento de la deuda interna, principalmente a través del crédito neto del Banco Central de Bolivia y los títulos emitidos por el Tesoro General de la Nación. En 2021 la deuda pública interna y externa aumentó al 82% del PIB, en circunstancias en que las tasas de interés en los mercados internacionales están en ascenso.

La política monetaria del Banco Central de Bolivia se mantuvo expansiva, acomodado a los requerimientos de liquidez del Tesoro General de la Nación y los requerimientos de crédito de las empresas estatales. El principal problema es la pérdida de reservas internacionales, que disminuyeron en 738 millones de dólares en 2021. A marzo de 2022, el saldo de divisas bajó a 1.336 millones de dólares, equivalente al 7% del circulante y los depósitos a la vista y en cajas de ahorros en moneda nacional, y al 30% de los depósitos en moneda extranjera.

Resalta la solidez del sistema financiero, los depósitos crecieron en 6,9% y los créditos crecieron en 4,1% con relación a 2020. El índice de mora de la cartera fue de solo 1,6%. Las previsiones de la banca llegaron a ser dos veces la cartera en mora, lo que refleja la fortaleza de las entidades financieras frente al riesgo crediticio. Las utilidades netas llegaron a 1.541 millones de bolivianos, mayores a las registradas el 2020.

La cuenta corriente de la balanza de pagos registró superávit, debido principalmente al incremento del valor de las exportaciones y las remesas. Las exportaciones se favorecieron de las altas cotizaciones de productos básicos, sobre todo minerales. En cambio, las exportaciones de gas natural, incluso con precios de exportación más elevados, tuvieron un valor exportado por debajo del nivel de 2019. La disminución en la producción de gas llevó al descenso en la producción de los líquidos, con el consiguiente aumento de la importación de combustibles.  A marzo de 2022 el saldo comercial entre la venta de gas y la compra de combustibles es negativo, se exportó gas por un valor de 649 millones de dólares y se importó 662 millones de dólares de combustibles.

La inversión extranjera directa ha registrado una cifra positiva de 594 millones de dólares, después de dos años de cifras negativas. El aumento de la inversión se explica más por la reinversión de las utilidades de las empresas que por nuevos flujos de inversión directa.

Para la gestión 2022 el gobierno fijo como objetivos un crecimiento del Producto Interno Bruto de 5,1%, expansión que será impulsada principalmente por la inversión pública que dinamizará la demanda interna, un déficit fiscal del 8,5% del PIB y una tasa de inflación de fin de período del 3,3%.  La política monetaria tendría como objetivo la estabilidad del poder adquisitivo interno de la moneda.

La previsión de crecimiento para Bolivia en 2022 del Fondo Monetario Internacional es de 3,8%. El Banco Mundial prevé un crecimiento de 3,9% y la CEPAL ha proyectado un crecimiento de la economía de 3,5%. Estas proyecciones son menores a la tasa de 5,1%, proyectada por el gobierno en el presupuesto 2022. Por otro lado, el Fondo Monetario Internacional estima una inflación de 3,2% para 2022, menos que lo previsto en el presupuesto nacional.

En su informe de junio 2022, el Banco Mundial proyecta que la economía boliviana crecerá un 3,9%. Este organismo multilateral en su informe de perspectivas económicas mundiales del mes de junio, advierte sobre el impacto de la alta inflación y la guerra en Ucrania en la región. Señala que existe un riesgo significativo de que un crecimiento más débil de lo esperado en China y Estados Unidos, principales socios comerciales de la región, pueda resultar en exportaciones e inversiones menores. Por otro lado, también indica que la escasez mundial de fertilizantes vinculada a la guerra de Ucrania, podría exacerbar el aumento de los precios de los alimentos.  Precisa que los altos precios de los alimentos podrían llevar a un incremento de la extrema pobreza y que los gobiernos podrían verse tentados a aplicar políticas de controles de precios y restricciones a las exportaciones.

El Banco Mundial señala que el Producto Interno Bruto en América Latina crecerá 2,5% en 2022, por debajo del crecimiento del 6,7% en 2021, como agravante de los daños provocados por la pandemia covid-19 y la invasión rusa a Ucrania que ha originado la desaceleración de la economía mundial.  De acuerdo con las perspectivas de crecimiento para los países de Latinoamérica, Colombia liderará el crecimiento en la región con una expansión del producto interno bruto de 5,4%, seguido de Argentina con 4,5% y Bolivia con 3,9%.

Según proyecciones de la CEPAL, la región de América Latina y el Caribe desacelerará su ritmo de crecimiento en 2022 a 2,1%, luego de crecer 6,2% promedio el año pasado. Esta desaceleración sucede en un contexto de importantes asimetrías entre los países desarrollados, emergentes y en desarrollo sobre la capacidad de implementar políticas fiscales, sociales, monetarias y de salud para la vacunación contra la pandemia covid-19.

Las perspectivas de la economía mundial para el 2022 son de incertidumbre por varios factores, la pandemia covid-19, la alta inflación de los Estados Unidos por los estímulos fiscales e incremento de la tasa de interés, el conflicto Rusia-Ucrania, el enfriamiento de la economía de China y crisis de la deuda externa, que conduciría hacia un estado de inflación y estancamiento económico que repercutirá en todos los países, incluido el nuestro.